24 mar 2015

A este grito ya no le tapo la boca

Cuando abres los ojos para empezar a mirar con perspectiva de género, la realidad, tu realidad, no deja de golpearte.
De repente lo ves, lo ves todo. Se tiñe de morado: la calle, el cine, los compañeros de trabajo, tu familia... y hasta tus propios recuerdos. Es como volver a hacer un revelado de las imágenes que conservas en tu memoria, con el cual cogen dinamismo y se transforman. Episodios aislados se conectan al adquirir un contexto común: el contexto del sistema patriarcal y los roles de género.

Hay mensajes que se incrustan y se enquistan, otros que se entierran pero vuelven a emerger en el tiempo, congelados, nítidos. Y los miras, y te hablan, pero ahora tú eres más fuerte y les tapas la boca.

Una mujer de mi familia, mientras yo escuchaba punk-rock a mis 17 años y me preparaba para ir a entrenar al fútbol, me sugirió que tal vez la causa de mis descalabros menstruales fueran mis aficiones poco femeninas: escuchar ese tipo de música y practicar deportes de hombres. Me sigue doliendo, y hasta enfureciendo recordarlo.

 Y yo iba a esos conciertos, a decenas ellos. Y me sentía identificada con la música, con la transgresión de las letras, con la denuncia, con su contenido político, con la mala hostia. Y las cantaba hasta quedar afónica, sintiéndome parte del público. Y entonces, yo quería ser una más. O mejor dicho, uno más. Pero en algún lugar de mi interior sabía que ni lo era ni podría serlo. En algún lugar me chirriaba que mi voz no fuera grave, que a mi género se le atribuyesen otros comportamientos, otros valores, otra manera de estar en la que ese momento no encajaba. Y cuando me daba cuenta de que yo nunca iba a poder ser uno de ellos, por unos instantes me inundaba un malestar, en mitad del concierto, y gritaba un poco menos fuerte.

Si hay algo liberador en la toma de conciencia es la capacidad de analizar de dónde vienes eligiendo a dónde vas, dando una bofetada a los mensajes impertinentes que asoman de los recuerdos.

A este grito ya no le tapo la boca.
















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