29 ene 2013

La doctrina del shock

Milton Friedman, uno de los ideólogos del sistema capitalista bajo el que nos encontramos, entendió la utilidad de la crisis: "Sólo una crisis real o imaginaria produce cambios reales. Cuando esta crisis ocurre, las acciones que se toman dependen de las ideas que hay alrededor".

Desde los años 70 la historia está plagada de ejemplos en los que se han utilizado las crisis para imponer medidas económicas teñidas de ideología neoliberal. Pese a que los liberales hablan de libertad de mercado como un fenómeno unido a la democracia y a la libertad en su sentido más amplio, está demostrado que el neoliberalismo no se lleva bien con la democracia.

Pocas sociedades están dispuestas a aceptar el manual de medidas del dogma neoliberal (privatizar, reducir salarios, liberalizar y desregular el mercado y reducir el papel del Estado) si se les da la opción de elegir. No es una casualidad que los primeros experimentos llevados a cabo aplicando las tesis ultraliberales de Hayek y Friedman se dieran en países aterrorizados por dictaduras feroces como la de Pinochet en Chile o el general Suharto en Indonesia, así como la dictadura militar argentina entre otras. Es significativo, por no decir aterrador, cómo además está vinculada la CIA en dichos golpes para defender los intereses de las empresas norteamericanas.

La lista sigue y es larga (Bolivia, Uruguay, Polonia, Rusia, Suráfrica, Irak, Nueva Orleans...), y los enemigos a los que el capitalismo necesita que se tema para justificar sus medidas varían a merced de la situación. Si la crisis no existe se inventa. Si no es en el nombre del comunismo, se hace en el nombre de terrorismo o como hoy vemos en Europa como la única alternativa para salir de la crisis económica.

Naomi Klein en su "Doctrina del shock, el auge del capitalismo del desastre" hila magistralmente la historia reciente demostrando con ejemplos y datos cómo el capitalismo utiliza constantemente la violencia y el terrorismo contra el individuo y la sociedad. Me parece una lectura imprescindible para comprender desde una perspectiva más amplia la realidad económica y social que nos rodea. Una buena base para entender cómo hemos llegado hasta aquí. Es el libro que más me ha influido. Y el que más me ha abierto los ojos de cuantos he leído nunca. Os lo recomiendo encarecidamente.

Por si queréis un aperitivo (pero para nada es un sustitutivo al libro, tan sólo una pequeña introducción), el documental basado en el mismo aquí: