Ayer, 11 de septiembre,
no era sólo el 11º aniversario del atentado a las torres gemelas, sino en una
irónica coincidencia era también el 39º aniversario del golpe militar al
gobierno socialista de Salvador Allende en Chile en 1973. Dos veces se ha cambiado
el curso de la historia un 11 de septiembre.
El 11S de 2001 se atacaba
el corazón financiero que simbolizaba la economía neoliberal que patrocina EEUU.
Este modelo económico se ha instaurado en (casi) todo el planeta, y tuvo como
punto de inicio ese otro 11 de Septiembre del 73. Como casi siempre, por la
fuerza.
Desde la trastienda los
gobiernos de EEUU junto a las grandes corporaciones del país llevan décadas
derrocando democracias e influyendo en la política de los países que no velan por
sus mismos intereses.
En las décadas de los 50
y 60 EEUU becó a estudiantes chilenos (los Chicago Boys) para que estudiaran en
la Escuela de Chicago – conocida por su marcada ideología de libre mercado
desregulado – en un acto de imperialismo intelectual. El objetivo final era que
estos economistas volvieran a Chile y aplicaran allí lo aprendido. En un
momento en que gran parte de América Latina gozaba de un alto nivel de
desarrollo gracias precisamente a medidas económicas opuestas, sus ideas de no
regulación no cuajaron.
El plan de EEUU y sus
corporaciones se vio truncado al arrasar Salvador Allende en las elecciones de
1970. Las medidas económicas neoliberales de los Chicago Boys no se habían podido
instaurar en democracia por ser muy impopulares. No quedó otra opción para frenar
ese gobierno socialista que un golpe de estado patrocinado por la CIA, que dejó
más de 3.200 ejecutados o desaparecidos, 80.000 encarcelados y 200.000 exiliados
políticos. Augusto Pinochet y su “equipo”, el día siguiente al golpe ya contaban
con un manual económico redactado a contrarreloj por los de Chicago para
tenerlo listo a tiempo.
La guerra que libramos,
hoy y ayer, es económica. Porque la economía no es técnica, es pura ideología. Sólo
conociendo el pasado podemos luchar por nuestro futuro.
"(…) La semilla que hemos entregado a la
conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada
definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los
procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y
la hacen los pueblos. (…)"
Fragmento del último
discurso de Allende antes de suicidarse por la radio, desde el palacio
presidencia durante el golpe de estado. Muy interesante escucharlo entero.
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