17 nov 2011

demokratia

Los de mi generación somos hijos de la democracia, la primera generación (después de los que, no olvidemos, pudieron saborearla brevemente en la II República) en haber conocido España como un Estado democrático, o al menos eso nos decían en los libros y en la tele. Pero, ¿es España realmente un Estado democrático? Precisamente nosotros, por no haber conocido la dictadura previa podemos mirar a nuestra democracia a los ojos dejando de lado los fantasmas, y decirle que dista mucho de lo que poder del pueblo (demos=pueblo, kratos=poder) debería ser. Al fin y al cabo en eso consiste, ¿no?

Estoy cansada de oír hablar de que el domingo viviremos la "fiesta de la democracia". Es la fiesta para algunos, concretamente para dos partidos (¿hacen falta siglas?), esos que llevan gobernando desde que se fue Suárez. Esos que en los últimos años han ido tejiendo esas trabas y nos han ido metiendo en la cabeza la estúpida idea del "voto útil".

Los últimos años han sido demenciales. Los atentados a la pluralidad política, así como a la participación ciudadana han sido enormes. Recuerdo cómo querían meter a Ibarretxe a la cárcel por querer convocar una consulta popular. También cómo nos metieron en la invasión de Irak pese a registrarse las mayores protestas antes del 15M. Se ilegalizaron las voces de miles de personas durante años con la Ley de Partidos. Aquí sólo se condena lo que unos quieren, ¿por qué no ilegalizamos también al PP por no condenar 40 años de dictadura atroz, ni reconocer a las víctimas del bando que más sufrió? Es el partido grande, y las cosas no se miden con el mismo rasero. Las vías democráticas sólo valen cuando están de nuestro lado.

Llegando a temas más recientes, en junio se aprobó el llamado "
Pacto del Euro", del que nos enteramos de refilón, gracias en parte al gran movimiento social que surgió en Mayo (el 15M). Pese a las protestas, se aprobó de manera rapidísima, casi sin darnos tiempo a enterarnos ni de qué iba aquello. No interesa explicarlo a la gente, ¿para qué?

En Agosto se aprobó la inclusión de un techo al déficit público, añadiéndolo en la Constitución. No se convocó referéndum, pese a las peticiones. Además, la disciplina de partidos no permite a ningún diputado desligarse del dogma partidista en la votación, con lo cual no hubo consulta. Oídos sordos a la petición clamorosa de una democracia real y participativa. Una medida de tal alcance, que supone cargar ideológicamente nuestra constitución, algo que nos debería representar a todos, se aprobó deprisa y corriendo, sin debate, sin consulta popular y además como viene siendo habitual, sin contarnos toda la verdad. Otro patinazo del PSOE (se debería llamar PE, ni S ni O) en su última legislatura, ese partido que ha llevado políticas económicas neoliberales para gozo del PP. Esa Constitución sagrada e inmodificable se modifica en unos días. Ahora estarán los bancos siempre por delante de las personas por ley, es prioridad saldar las deudas con las entidades financieras que con los servicios ciudadanos. Pero esto tristemente ya no nos sorprende. Sólo hay que oír a Santiago Niño Becerra diciendo en Salvados sin pudor que por supuesto que los "mercados" van por delante de los Gobiernos, y que según él, debería ser así, nos sobran las elecciones porque nos deberían gobernar los técnicos. ¡¡Pero si ya lo hacen!!

Así nos llaman las urnas el domingo. Con la prima de riesgo bailando a placer de los especuladores. Con los gobiernos vecinos cayendo en las manos de banqueros (Goldman Sachs, BCE...). Con una ley electoral injusta si no votas a Cánovas o a Sagasta. Iremos a votar, porque hoy es lo único que tenemos. Eso sí, quien gane que se vaya tentando los machos, porque vienen mares revueltos.
Y además las calles están despertando.

2 comentarios:

  1. Ya sabemos los resultados electorales... Se vuelve a confirmar la injusticia de la ley electoral española que favorece tanto el bipartidismo PP, PSOE y a los partidos nacionalistas. Aún así, estoy contenta por poder votar junto a todos los españoles y por poder hacer un ejercicio de democracia aceptando los resultados.
    Toca estar atentos al desarrollo de los acontecimientos y apoyar aquello que creamos sea mejor para la democracia y la ciudadanía.

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  2. Con un poco de suerte, el PSOE se da cuenta de lo mal que lo ha hecho los últimos 4 años, de que lo ha pagado caro y de que la ley electoral que tenemos quizás ya no le beneficie tanto.
    Pero lo mismo es tarde. O no lo quieren ver...

    Sobre las calles... aún queda para que despierten de verdad. Pero cada vez menos

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