Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los social-demócratas, guarde silencio, porque yo no era social-demócrata.
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas no protesté, porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a llevarse a los judíos no protesté, porque yo no era judío.
Cuando vinieron a por mí, ya no había nadie más que pudiera protestar.
Martin Niemöller
La vigencia de esta reflexión de tiempos del nazismo es aplastante en la actualidad.
Podemos no salir a protestar cuando dejan sin trabajo a compañeros porque yo conservo el mío, o cuando deshaucian a personas manteniendo su deuda porque yo no estoy hipotecado o puedo pagar con comodidad, o no protestar cuando se recorta la sanidad porque yo no estoy enfermo, o cuando se reducen las becas o se empobrece el sistema educativo porque yo ya tengo mi título bajo el brazo, o... tal vez para cuando salgamos a protestar ya no quede nada.
Cuando encarcelaron a los social-demócratas, guarde silencio, porque yo no era social-demócrata.
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas no protesté, porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a llevarse a los judíos no protesté, porque yo no era judío.
Cuando vinieron a por mí, ya no había nadie más que pudiera protestar.
Martin Niemöller
La vigencia de esta reflexión de tiempos del nazismo es aplastante en la actualidad.
Podemos no salir a protestar cuando dejan sin trabajo a compañeros porque yo conservo el mío, o cuando deshaucian a personas manteniendo su deuda porque yo no estoy hipotecado o puedo pagar con comodidad, o no protestar cuando se recorta la sanidad porque yo no estoy enfermo, o cuando se reducen las becas o se empobrece el sistema educativo porque yo ya tengo mi título bajo el brazo, o... tal vez para cuando salgamos a protestar ya no quede nada.
Me encanta!
ResponderEliminarDe acuerdo al 100%. Ya hemos perdido suficiente tiempo, ahora tenemos que defendernos todos a todos, tenemos que saltar contra cada nuevo ataque, salir a la calle, huelga, lo que sea, nos toque directamente o no!
Su estrategia consiste en ponernos a unos frente a otros, en que veamos a los funcionarios como unos vagos privilegiados, a los que van mucho al médico como a unos hipocondríacos, a los jóvenes como a unos ni-nis. Tenemos que luchar contra esta táctica de desgaste y división, y tenemos que dejar claro que no nos la tragamos. Los que tienen la culpa están más arriba, y son muy pocos.
Hay que hacer despertar a esa turba de seres zombificados y alienados, al servicio del esclavismo. Cuando uno se informa un poco y ve el grado de manipulación e incluso control mental (¿qué es sino el consumismo? que se lo pregunten a Edward Bernnays) al que hacemos frente muchas cosas quedan claras. Libramos hoy en día una batalla por recuperar nuestras propias mentes, infestadas de pura mierda que nos ha sido servida en cómodos packs diarios digeribles entre partidos de fútbol, programas del corazón, chistes y charangas. Pero el hedor y la pestilencia que desprenden las hienas carroñeras es intenso. Sólo quien tiene la cabeza llena de mierda es incapaz de darse cuenta, así de simple. Lo chungo es que ya han venido a por todos nosotros, que hemos asistido impotentes e indefensos desde los albores de nuestra propia vida a como se nos programaba para aceptar de forma acrítica y uno por uno, los pilares de esta infame oligarquía. Ahora toca romper la jaula, mirar al mundo con nuestros propios ojos y no a través del vidrio deforme que nos ponen por delante esos poderes ocultos, esos mercados que se asemejan cada vez menos a un lugar de intercambio, y cada vez más a Dioses vengativos, coléricos y caprichosos.
ResponderEliminarEs hora de despertar, y de despertar a los demás. Muchos ya lo han hecho y se frotan los ojos estupefactos aún, otros se niegan a hacerlo...fueron a por ellos hace mucho, y ahora hay que rescatarlos. Es tiempo de pensar y de hacer. Es tiempo de reflexionar y de defender con lo que se tenga, y si es a palos y a hostias así sea, lo que es nuestro. Y lo que es nuestro es el futuro. Yo me cago en los mercados, damas y caballeros, me cago en los medios de comunicación, y por mucho que me cague, mi mierda siempre olerá a rosas comparado con esa pestilencia a control centralizado que desprende la cábala de oligarcas. He de verlos arder.
P.D.: Aquí mi aportación a tu blog, en un momento de cierta ira...básicamente la que sucede cualquier día al ver un periódico. ¡Un beso Itziar!